El objetivo de llevar a cabo el bautismo en nuestra iglesia es proporcionar a los creyentes la oportunidad de profesar públicamente su fe en Cristo y ser sumergidos en el agua, simbolizando su identificación con la muerte, sepultura y resurrección de Jesús. Este acto esencial fortalece la conexión espiritual y la unidad en la comunidad de creyentes, marcando el comienzo de un viaje de fe más profundo y comprometido.